Casa
almacén

Esta propiedad cuenta una historia familiar. En sus 550 m2, el padre de Marta, constructor de profesión, tenía varios edificios: un cobertizo con techo a dos aguas alineado con el borde de la propiedad, un cobertizo contiguo con techo a dos aguas y el esqueleto de lo que habría sido su casa pero nunca se terminó. La vivienda incipiente no despertaba interés. Por otro lado, el cobertizo con techo a dos aguas, que se utilizaba como área de almacenamiento para elementos de construcción, podría convertirse en una casa espaciosa y luminosa.

La estrategia siempre fue reciclar tanto como fuera posible. Reutilizaríamos la estructura metálica del edificio. Cada uno de los edificios en el sitio de alguna manera incumplía con la planificación. El edificio en el extremo de la propiedad, que opera de forma independiente, está fuera de la planificación y no se está actuando sobre él.

Nuestra «casa almacén» necesitaba reparaciones para cumplir con las regulaciones: tenía que ser acortada en longitud y dejar una separación de 3 metros con el límite posterior. Con este ajuste, el almacén de 7m x 12m se convierte en un lienzo en blanco para adaptar un programa de vida muy simple (espacio diurno, estudio, dormitorio y baño) que se sienta cómodo y naturalmente conectado con el exterior.

La nueva envolvente, de construcción en seco, se ejecuta con un sistema de construcción de perfiles metálicos: estructura de acero más aislamiento. El acabado de la fachada es un panel de cemento de fibra tipo viroc. El nuevo techo a dos aguas sobre la estructura metálica (vallas existentes) es un panel sándwich de 19 mm de tablero impermeabilizado, 80 mm de poliestireno extruido y acabado interior en pino barnizado liso.

La impermeabilización se resuelve con tejas asfálticas autoadhesivas sobre un tablero separado del panel sándwich, dejando una cámara de aire beneficiosa en este ambiente húmedo. Las tejas escalonadas con su juego de colores (rojo/verde) dan una imagen divertida y fresca, como una casa de jengibre, a la conversión. Finalmente, se eligió un aluminio verde «reseda» para las grandes ventanas con persianas a juego. Para el suelo interior, recuperamos baldosas de arcilla de 14*28 cm y 8 mm de espesor que estaban almacenadas en el almacén.